El último amistoso del verano posee el valor de un ensayo general. A una semana del comienzo de la competición se supone que la preparación está muy avanzada y los jugadores listos para pelear con garantías por ganar los tres primeros puntos. Esta visión quizás no encaje con el encuentro que el Emirates Stadium londinense acoge hoy (18.00 horas), al menos en lo que respecta al Athletic, cuyo vuelo de ayer a tierras inglesas partió con horas de retraso, aunque lo cierto es que tampoco el Arsenal llega con las mejores sensaciones. Queda pues pendiente de conocer cuál será el ánimo en cada bando después de medir sus fuerzas.
El pasado miércoles, el conjunto dirigido por Mikel Arteta se vio sorprendido por el Villarreal (2-3). Los de Marcelino García ofrecieron un nivel correcto, mientras que en la propuesta del anfitrión hubo más ruido que nueces. El Arsenal tratará de compensar hoy a su afición con un desenlace distinto y de entrada el pronóstico le favorece. Es difícil manejar otra perspectiva con un Athletic que ha enlazado cinco derrotas y su único éxito fue a costa de la modestísima Ponferradina.
Al equipo de Ernesto Valverde le está costando ser fiable; sus registros, lo mismo en tareas de contención como en ataque, han dejado bastante que desear. En el primer aspecto no puede obviarse que las ausencias en la línea defensiva han influido lo suyo. A la baja de Yeray se añadió la de Paredes y posteriormente el turno de la desgracia se cebó en Egiluz, descartado para el resto de la temporada. Tres pérdidas que obligarán al técnico a diseñar una defensa circunstancial, acaso con Vivian y Yuri ejerciendo de centrales. Fórmula que se cambiaría dentro de una semana para recibir al Sevilla solo en la hipótesis de que Paredes supere su dolencia muscular.
Siendo este de la zaga el mayor problema, tampoco en el plano creativo y menos en los metros decisivos ha asomado una versión convincente, un rendimiento que recuerde al de la campaña anterior. El contratiempo que ha apartado a Sancet no sirve como excusa. El resto de los teóricos titulares, ya sea en la zona ancha o más arriba, no terminan de funcionar, lo que deja desamparado a Berenguer, que partiendo como suplente ha mostrado chispa y personalidad.
Tras la fuerte inversión acometida, sobre los 225 millones por media docena de incorporaciones, el Arsenal aspira a desprenderse de la etiqueta de segundón en la Premier. Son ya tres subcampeonatos seguidos y el último título, con Arsene Wenger, se remonta a 2004. Una espera muy larga que empieza a apretar a un Arteta en la antesala de su séptimo proyecto en la entidad londinense.
Valverde le supera en veteranía y su vínculo con el Athletic, aunque dividido en tres etapas, es asimismo más antiguo, pero no gobierna una plantilla de la calidad que atesora el Arsenal. Y si en cada bando se restan tres o cuatro piezas concretas, en la comparativa el Athletic sale claramente perjudicado. Así sucede ahora: con Yeray, Paredes, Prados y Sancet en disposición de jugar, este duelo sería más llevadero. Lamentarse por las circunstancias a nada positivo conduce, de modo que toca remangarse e intentar desarrollar los conceptos interiorizados y aplicados en tantísimos compromisos. Valverde elegirá a aquellos elementos que le gustaría reunir de nuevo en San Mamés el día 17 para que vayan adquiriendo la confianza extraviada hasta la fecha.
La alineación no diferirá de la que el técnico estimaría ahora mismo como idónea: Unai Simón con Areso, Vivian, Yuri Berchiche y Adama o Unai Gómez, en la zaga; Galarreta y Jauregizar ubicados en el círculo central; los hermanos Williams por los costados; Berenguer en labores de enlace y, aquí la duda es inevitable, Guruzeta o Maroan de ariete. Este grupo cargará con el peso del encuentro y el turno de las sustituciones se concentrará en la media hora final.